miércoles, 8 de junio de 2011

-----Insignificante-----


Cada día que pasa me doy más cuenta que el ser humano quiere vivir tan deprisa que se queda sin tiempo y empieza a dejar de vivir. Me encuentro en una ciudad en la que se pierde la noción del tiempo, nada vale nada si no es dinero, todo se mueve en horas tiradas o bien en el trayecto de casa a tu trabajo o tirando el tiempo haciendo que se trabaja. No solemos valorar el tiempo que es lo único que realmente nos pertenece, no lo podemos comprar ya que al nacer nos asignaron nuestra hora final. Queremos vivir tanto que contamos la vida por horas, días, meses y años, pero nos volvemos a olvidar de lo insignificante, de lo pequeño, de la base de nuestra existencia, como se nos ha podido olvidar que lo que realmente importa son los segundos, si, parar a pensar todo lo que nos sucede en un segundo.

Desgraciadamente me di cuenta sin querer que realmente lo que importa son los segundos, todo este tiempo pensando que la vida tenía una medida más grande, pero no es así. Todos mis recuerdos bailan en segundos de placer, felicidad, amor, diversión, odio y tristeza entre otros sentimientos. Ahora que estoy tan lejos daría lo que fuera por tener algunos segundos que tuve y no aprecie mientras los estaba viviendo.

Recuerdo ese segundo de abrir una cerveza entre las risas y júbilos de mis amigos de siempre en aquella pequeña tasca de barrio, si la del ultimo barrio con su serrín en el suele, ese fuerte olor a “chacina”, con su insoluble camarero que te está poniendo un pincho con su puro en la boca mientras se limpia los mocos con la mano libre, aquel que se siente a gusto de tenernos entre su habitual clientela de marginados de la sociedad y putas cuarentonas que buscan un polvo fugaz para sentirse menos solas en su vida destrozada por los errores del pasado. Durante ese segundo puedes ver en los ojos de quien te rodea la felicidad de sentir que estamos juntos, que da lo mismo estar en un restaurante o en un simple tugurio de barrio para disfrutar de los más simple que es una cerveza que destapas en un segundo con la gente que te quiere y que tú quieres.

No es el único segundo que añoro, recuerdo aquel que te vi la última vez, si, en el que me dices adiós, las despedidas nunca son buenas pero también son segundos, recuerdo que aquella mañana pasamos mucho juntos, pero solo recuerdo el punza miento profundo en mi pecho, cuando te mire a los ojos y nos dijimos adiós, tantos años de alegrías, tristezas, confidencias y cariño resumidos en un segundo que nos distancio en el espacio para no juntarnos más, ese es mi segundo de tristeza el que te dedico y guardo con agrio cariño.

Me viene a la cabeza aquel recuerdo de miedo intenso, que correteaba por todo mi cuerpo echándose carreras con la razón para ver quien se apoderaba antes de él, desde los dedos de los pies hasta el último punto de mi largo y negro pelo. Hay estaba yo en un aeropuerto, perdido como siempre, pero esta vez fue algo especial. Estaba con casi toda mi vida repartida entre 3 maletas, mis recuerdos de una vida vivida e ilusiones por empezar una nueva, rodeado de gente que no me entendía ni yo a ellos, un letrero que intuía que me llevaría a la salida para poder fumarme un cigarro que suavizara mi estado de ánimos. Allí con una señal de prohibición a mi lado mientras que fumaba los ojos encharcados se iban vaciando lentamente pensando en lo que dejaba atrás y en un tiempo que no volvería a recuperar, la tristeza de necesitar algo de lo que tenía y a mucho que lo buscara no lo podría encontrar ni abrazado a aquella señal que me prohibía todo lo que me calmaba en aquel momento o en cualquier parte entre esos 14 millones de habitantes que serían mis vecinos en aquella fría y gris ciudad.

Aquellos ojos que un día me hicieran perderme hacia el camino de la sensatez, todavía a día de hoy sigo soñando despierto con tus ojos, tanto cuando reías hasta cuando te hacia enfadar cuando prestaba caso cero a todo lo que me decías. Recuerdo la última noche que compartimos, los mire fijamente mientras me intentabas calmar porque andaba algo acojonado por el cambio, tú insistías una y otra vez que podría y tenías razón, voy pudiendo con ellos. Cada vez que miraba tus ojos allí tumbados los dos, me volvía a dar cuenta de todo lo que te quise y de lo que te seguía queriendo, en aquel segundo mientras que miraba tus ojos paso por mi cabeza desde el momento exacto en el que te conocí hasta el día que nos dijimos “Hasta aquí hemos llegado”. Sé que ya nunca más volveremos a compartir ciertas cosas que en un pasado hicimos, pero seguirás hay guardando y ocupando el segundo de Amor de mi cabeza.

Ya paso tiempo desde esto, llegar a casa como siempre, del trabajo cansado y con dos cervezas de mas, todo lo malo calmaba al ver en la segunda puerta por la derecha lo único que tenía reunido en un mismo sofá, bueno realmente eran dos pero tan próximos que acaban formando un único sofá. Siempre al llegar la parada era obligatoria, por lo menos pa saludar y expresar el día tan fugazmente que no diera a cambiar muchas palabras. Era como insisto, tenía calculado el tiempo desde la entrada hasta la puerta, en el momento justo todos desviaban la mirada de la televisión para preguntarme pro el día, ese tiempo que nunca valore, mis ansias de independencia, anarquía y rebeldía me hicieron tirar un tiempo que nunca más volverá a mas que ansié tenerlo. Era un segundo de tranquilidad que me ofrecía gratuitamente, ese es mi segundo de cariño y tranquilidad, que disfruto cuando me lo permite la vida pero en sofás alejados y separados en distintas habitaciones esta vez.

Tengo un segundo marcado a hierro en mi memoria, es el de la desolación, ha pasado tantísimo tiempo de aquello que a día de hoy sigue haciendo que me entumezca y se escapen las lágrimas que por nadie tire tan a menudo. Aquella vez a la llegada, aquella estación vieja perdida en el corazón de la ciudad, el frio asfalto la envolvía entre los sonidos estridentes y ruidosos de los coches, todo era muy diferente a otras veces que llegaba a aquella plaza de conde casal, sentado en la ventanilla a la izquierda del autobús, era el primer viajes después de un tiempo, era la primera vez que llegaba a la ciudad y no había nadie esperando, yo seguía mirando aquella esquina donde habituaba a estar esperándome pero esta vez a mucho que yo esperara nadie iba a ir a por mí. Allí estaba en aquella esquina con mis maletas perdido, esperando ya a la nada, mi cabeza me decía que nunca más pero mi corazón ansiaba con cada latido que viniera a por mí, pero nunca más ahora si quiero que me espero tengo que ir yo, y quien espera a las respuestas soy yo sin ningún resultado sentado enfrente inquieto que solo de vez en cuando me calma cuando duermo. Es la desolación de querer que pase algo que ansias pero que desgraciadamente aunque me tire toda la vida en aquella esquina nunca volverá a irme a recoger.

Hay que aprovechar segundo a segundo sin dejar que se escapen, porque la vida es un camino empedrado de horas, minutos y segundos, pero yo más humilde soy, que quiero que el último suspiro de un segundo me lleve mecido hasta el siguiente…

Iriaso


jueves, 26 de mayo de 2011

-----Me ekivoke-----

Lo siento me ekivoke de blog XD esta semana os pondre aqui una entradita que ya tengo preparada un saludo.

Iriaso

martes, 17 de mayo de 2011

-----Un abrazo-----



Hace algún tiempo estuve comentando lo que era la búsqueda de la felicidad y si la encontraría con algún tipo de pautas que me estaba marcando. Estaba equivocado con su hallazgo pero no con las maneras dado que a día de hoy creo haberla encontrado.
Hace ya 5 meses que cambie de residencia, me dispuse a salir de la tierra donde me acogieron para criarme en busca de nuevas experiencias y así demostrarme a mí mismo alguna que otra cosa, con una maleta y poco más de 1000 euros me dispuse a pegar el salto y cambiar de país. Decidí irme al Reino unido, tenía algún que otro problema aparte del económico en aquel país, dando por hecho mi escaso nivel de inglés lo tenía algo crudo, recuerdo el día antes de irme todos los miedos me golpeaban la cabeza una y otra vez, no paraba de mirar en aquella fría noche a la nada fumando sin parar, intentaba que en aquel humo fuera capaz de encontrar alguna respuesta a todos mis fantasmas, ay que decir que me suavizaron mucho intentando calmarme antes de irme. Recuerdo una conversación que a todo lo negativo que intentaba sacar a mi pequeña aventura me los cambiaban por lo contrario a mis pensamientos, diciéndome tranquilizándome y animándome, pero yo era incapaz de ver algo positivo a todo eso y era presa de mis propios nervios mezclados con el miedo del salir. Al final dio la hora de irme, con una lagrima en los ojos por la nostalgia de dejar a tanta gente aquí me subí aquel avión de “Low Cost” para dirigirme a un país que lo único que sabía de él era que todo iba al revés del mundo.
Los primeros días, por no decir el primer mes, fue bonito y bastante duro, todo era nuevo a mis ojos aquello me motiva pero a la hora de intentar expresarme, de comunicarme con el medio donde estaba inmerso me hundía poquito a poco en un charco que para mi cabeza era muy grande, ya una vez encontrado una manera para poder comer, pareció que el primer objetivo estaba siendo realizado, aunque bueno, no era el trabajo soñado ni al que estaba acostumbrado en España, pero si era una manera de ganarme la vida y poder ir cogiendo poco a poco algo de soltura con el idioma. Allí la gente empezó a ayudarme para que fuera cogiendo más vocabulario y así hacer mi vida algo más fácil allí.
Ya salvado el tema económico la tranquilidad me mecía en cierta parte por mi cuerpo, pero había otros aspectos en los cuales nunca pensé, ya que nunca me tenía que haber enfrentado a ellos, era la soledad. Rodeado de casi 14 millones de habitantes, me sentía solo, la rutina, la cual nunca me ha gustado, me comía día a día, despertarme para ir al trabaj0o acabar y volver a casa, no era más día a día segundo a segundo era cada día igual al anterior, las horas sentado en aquella habitación mugrosa, con ratones y un colchón que si era yo su 4 habitante era un gran milagro, me hacían sentirme más pequeño y desgraciado. En cierto modo me sentía a gusto porque parte de los objetivos los tenía cumplidos, que era llegar a un país desconocido y conseguir trabajo, y como no, intentar aprender el idioma que tanto me había costado en la infancia. Allí era cuando mi mente recordaba las palabras tanto de mis padres como del resto de familiares, que una y otra vez me decían “Aprende el inglés que te abrirá todas las puertas del mundo” y yo a sus sabias palabras solo pensaba en irme a la hora de inglés a tomar una cerveza o a casa a dormirme la siesta antes de tiempo. Aunque eso ya estaba siendo solucionado, mi idioma mejorando día a día a base de pegar patadas a la gramática del idioma y a su respectivo diccionario, me seguía faltando algo. Poco a poco empecé a ganar confianza y abrirme al resto de personas, empecé hacerme algún amiguillo que otro que algunas tardas y noches distraían mi mente cerrada en su propia desdicha, pero seguía faltándome algo.
Después de 5 meses he vuelto a mi casa por una semana, no hay que mencionar que hoy estoy de vuelta y escribo estas líneas en el interminable viaje en bus hacia el aeropuerto. Una vez en casa mi estado cambio totalmente, se dibujó una sonrisa en mi cara y una tranquilidad me recorría cada rincón de mi cuerpo por muy oscuro y profundo que estuviera. Ese reencuentro con tanta gente, esa cara de felicidad que se les puso al volverme a ver, no tiene precio, la sorpresa de tenerme y de querer tenerme a su vera me sirvió para darme cuenta que ya sabía lo que me faltaba en aquellas tardes de soledad en el mugroso colchón, me faltaba mi gente, la cual entre tanta gente no encontré ni encontrare en ningún lado del mundo. Ha ido pasando la semana a cambios constantes de ritmo, mucha gente por ver pasar con ellos un rato y gozar una vez más de sus presencia hacia que el tiempo volase a su lado y fuera más lento en el momento de espera por verles. Mucha gente pocos días, es lo malo, pero de todos ellos he aprovechado cada segundo por igual todos para mi importantes por eso me vieron esos días, no voy a mentir, aunque todos me encanto verles y estar con ellos, pero, siempre hay alguien más especial que otros, los cuales deseabas tener más tiempo y ese tiempo siempre es poco a mucho que pases con ellos, sabéis a lo que me refiero porque todos tenemos creo los mismos valores en este aspecto, son la familia y a los que consideramos familia, esos que pase lo que pase siempre están ahí para darte un interminable abrazo y soportan tu cabeza perdida.
En esos abrazos reencontrados fue lo que me hizo darme cuenta de lo que me faltaba y lo que me hizo plantearme aquella pregunta hace tiempo atrás ya. He tenido que sentirme solo, cosa que nunca me había pasado en el país, para darme cuenta de que era feliz y nunca llegue a darme cuenta, no soy feliz con las cosas materiales como creía, eso solo fomenta la estupidez de la persona y hacen sentirte vacío, aunque en tu cara se dibuje una falsa felicidad por dentro el abismo del vacío se apodera de ti, la manera de ser feliz no lo consigue una persona por si cuenta sino que los que nos rodean hacen que hallemos aquello que siempre quisimos. Un abrazo sí, es todo lo necesario en esta vida para tener todo lo que necesitamos. Muchas veces no nos damos cuenta cegados por la ignorancia, despreciamos algunos gestos que en principio carecen de valor alguno pero realmente son los que necesitamos para que latido a latido podamos seguir.
Algunos de esos abrazos me hacen bastante duro el retorno aquel país entre agua, ya que como dije me gustaría que nunca acabaran, pero me espera otro fragmento de tiempo allí para terminar de cumplir todo lo propuesto y una vez y cumplido todo lo que me plantee en su día regresare, con la cabeza alta, feliz y en paz conmigo mismo, que era algo que buscaba desde hace tanto tiempo que me cegaba con la ignorancia y no me dejaba de disfrutar, ya una vez que todo haya acabado me dará lo mismo que haya un día más, como dice una canción:
"Que si yo soy el que cae primero, bajo la guadaña no me pongáis suero,
Me conformo con haber vivido, con haberos conocido, recordar bien lo que os digo”

Iriaso

martes, 15 de febrero de 2011

-----Una Mirada, Un Mundo-----

Aquí me tienes sentado en un rincón, mirando fijamente a la nada. El silencio se apodera de mi cuerpo, mente y de mi alrededor. Solo rompe el frio silencio un sonido que emerge de la cocina, muy despacio me levanto con la mirada fijada en la nada, sin nada que me moleste a la vista en aquella densa oscuridad. Me acerco a la cocina, el sonido era el timbre del microondas avisándome que mi café ya estaba listo. Ya aprovecho y enciendo un cigarro en la cocina, ya que en la habitación molesta a mi compañera, no paro de pensar en nada y la nada se apodera de mí vaciando poco a poco los pensamientos que ayer me asustaban y que hoy carecen de importancia. Empiezo a ver como poco a poco se escapa el calor del café, ay encima de la encimera esperando a ser injerido por mi, que espere que solo le alargo la agonía de ser un recuerdo de mi paladar. Apuro el cigarro, mi mano va derecha a ese vaso de café casi frio pero caliente, tal y como me gusta, el primer sorbo me empieza a animar un poco, ya empieza a despuntar el día en aquella ciudad perdida. Voy de nuevo hacia aquella habitación al final del pasillo. Un habitáculo de poco más de 10 metros cuadrados, con su ventana mirando hacia el este, su pequeño armario muy cerca de la puerta, un escritorio lleno de garabatos y esbozos de algún día de inspiración, una silla usada a la vez de perchero donde la ropa tomaba su asiento y la cama, aquella cama, en apariencia normal, sus cuatro patas, un cabecero de tono caoba el cual se encontraba enfrente de la ventana para no perder ni un rayo del alba y con su colchón de poco más de un metro.

Poso el café sobre el escritorio, ladeo la silla para sentarme en ella dejando la ropa sobre los esbozos y dando compañía al café.

Mirando hacia aquella cama empiezo a notar que la persiana deja pasar un rayito de sol, descubriendo a mis ojos la nada que tanto me daba que pensar. Bajo aquel rayo se encontraba una fina silueta, una sábana cubría su desnudo cuerpo. No sé porque me ha dado por fijarme en sus pies, imagino porque es la primera parte cuerpo, tiene un pie fuera de la sabana dejando descubierta la pierna que le sigue.

Sin seguir pensando en la nada, sin dejar de mirar aquella pierna, mi mano autómata se dirige a por el café a ver si acabo abriendo los ojos para continuar mirando la silueta medio oculta en la cama. Mi vista empieza a trepar por su pierna, dando paso a su pequeña y cuidada cintura, ya tapada, dejando volar la imaginación de mis ojos que no paran de mirarla memorizando milímetro a milímetro cada parte de ella. Una vez acabado con cado uno de los milímetros sigue caminando por aquel cuerpo, ya esta vez despojado de la sabana, dejando al aire a mis ojos aquel delicado cuerpo, frágil como la porcelana y suave como el cristal.

Voy llegando poco a poco al final, mis ojos de nuevo se detienen, examinando todo, lo que la noche anterior descubrí con mi cuerpo ahora lo guardo con mis ojos, sus senos me atrapan y me conducen a la locura, no son muy voluptuosos pero lo perfectos para mí en ellos guarda la vida que algún día querré y el soporte para mis sollozos cuando no sé qué hacer.

Noto en mi boca el final de un vaso, me quedo atontado esperando encontrar más café en mi mano que ya dio a su final, aquella agonía que le alargue, torna dando fin a sus días en forma de café. Sin apartar la vista mirando aquella nada, me voy incorporando para llevar aquel vidrio en forma de vaso a la cocina, por el pasillo mi mente sigue en la habitación, no puedo comprender porque no paro de pensar, de imaginar, de soñar con aquel ángel tumbado en la cama. Inertemente al umbral de la cocina me enciendo un cigarro, el humo empieza a dibujar en el aire aquella silueta, cada bocanada de aire contaminado va formando aquella mujer, empezando por los pies y acabando en el último punto de mi vista, aquellos hipnóticos senos. Mientras se consume el cigarro en la habitación empieza a existir movimiento, un leve bostezo de la habitación camina por el pasillo en busca mía. Allí se queda el cigarro mirando mientras se consume la silueta de humo que dejo su rastro.

Allí estaba encima de la cama, mirando a la puerta, grandes ojos todavía adormilados, mirándome. Sin apartar la mirada de sus ojos empecé a andar hacia ella, con voz tímida me daba los buenos días a la par de incorporarse para desperezarse. Otra vez la imagen se sus senos a la vista, mas grandiosos aun, al extender los brazos y estirarse del letargo de la noche. Después de volver en mi me arrodille a los pies de la cama, con la mano derecha la acaricie el pelo mientras se lo apartaba de la cara, por fin, después de toda la mañana analizándola desde la silla cada milímetro de su cuerpo, he llegado a ver su cara. Nunca tanta belleza se ha visto junta, cara estilizada, labios carnosos destacando, ojos, bueno, ojos todavía a medio abrir. Me quede mirándola cada vez más cerca suyo, ella me lo decía todo con su mirada penetrante, solo supe acercarme a su oído y susurrarla: “Buenos días mi amor”, mientras pronunciaba la última palabra mis labios iban derechito a los suyos, cerrando el susurro en un beso de buenos días.

Después de volver a desayunar juntos en la cama, entre risas y juegos, toco separarse. Ella fue a la ducha dejando un aroma a pétalos a cada paso que daba. Yo me dirigí a la cocina, aprovechando que tenía que llevar los enseres del desayuno aproveche a malgastar mi salud entre humos. Mi cabeza tenía una disputa mental, nunca antes me había pasado eso, pensar tanto en una persona, quien sabe quién será la que estaba en la cama, Una más? La ultima? Un juego? Quien sabe las preguntas flotan en el ambiente dejándose ver a la vista de los demás, ese sentimiento nuevo o reencontrado, seguramente de aquella vez que renegué de él apartándolo en un húmedo cajón, pero ha vuelto a salir. Quien sería esa persona de la cama, que mis pensamientos atonta, mis ideas roba y de ilusiones me llena. Después de algún tiempo hablando, allí estaba, largo viaje para encontrarnos, pero ay estábamos yo en la cocina y ella en la ducha. Lo único claro es que el momento era ahora, no podía pararme a pensar, tenia en la otra punta de la casa una bella joven que me quería y quien sabe si no es ella la ultima, la manera es tirar a delante. Paso un rato de reloj, la conversación conmigo mismo ya a tocado su final, se hizo el silencio en mi cabeza.

Después de agonizar el último tiro de aquel cigarro me fui derecho a la ducha, donde estaba mi pequeña sirena. En vez de sorprenderse me invito a entrar con ella, fui sin pensarlo mucho. Ya una vez dentro, con aquella cortina de agua tibia regando nuestras cabezas, la dije al oído:

” ¿Te he dicho hoy que eres lo más bonito del mundo y lo que más quiero?”.

domingo, 8 de agosto de 2010

----- En el Recuerdo -----


No recuerdo nada, no sé qué ha pasado, noto mi cuerpo rato, diferente ajeno a lo que siempre había conocido en mí. Parece que nada es lo que había sido durante estos años, algo nuevo que estoy experimentando pero que todavía mi mente torpe y aturdida es incapaz de adivinar lo que es. Empiezo a examinarme, empecemos por los pies, mi calzado de siempre, mis pantalones están algo rotos y manchados de un color rojo oscuro, no sé porque están manchados mi mente sigue procesando. Sigo subiendo, estiro los brazos los noto como si no pesaran, es una sensación rara pero ahí están como siempre aunque menos pesados, el torso está bien mi camiseta esta igual que los pantalones, manchada y rota. No se no entiendo nada, mejor sentarme en un banco a reposar las ideas antes de seguir andando. Con tranquilidad me echo mano a mis pantalones en busca de un cigarro, lo enciendo con mucha tranquilidad, inhalo y es raro no siento el humo perforar mi garganta dando paso a encharcar mis pulmones con alquitrán, cada vez me noto mas desconcertado, no sé lo que pasa y empiezo a tener miedo.

Intento sujetarme la cabeza, que la nota más vacía que de costumbre, a ver si así no se me escapan las ideas y soy capaz de recordar que ha pasado, no hay manera. Recuerdo que me levante como cada día, me llamaron para hacer una entrevista de trabajo, la ilusión me recorrió el cuerpo, corriendo llame a mis padres y me dirigí a la ducha. De fondo una canción que no paraba de canturrear mientras que me vestía, por fin ya aseado y bien vestido me dirigí a la calle. Recuerdo aquel paseo lleno de gente que no paraban de caminar sin rumbo, sin darse cuenta de nada solo pensando en sus pensamientos, ay se me queda la memoria no da más de si hasta en el momento en el que estoy ahora. No lo sé el miedo empieza a ganar a mi cordura.

Se escuchan voces, llantos, alaridos, eso me hace levantar la vista enfrente mía hay un montón de gente que se agolpa, están todos muy nerviosos y no paran de chillar. De fondo se empieza a escuchar varios tipos de sirenas, imagino que de la policía y de las ambulancias, creo que lo mejor sería levantarme y acercarme a ver qué es lo que sucede. Empiezo a colarme entre aquella multitud de personas, nadie se inmuta a mi paso y eso hace que me confunda aun mas, llego al epicentro del corro de las personas, leches ¡¡ si el que está tirado soy yo ¡¡, ahora sí que no sé qué es lo que sucede, si estoy mirándome a mí mismo. Todo empieza a darme vueltas, veo en el frio acerado mi cuerpo, está casi irreconocible, rodeado de un gran charco de sangre que sale de mi cuerpo, la cara quemada, por la boca un pequeño hilo aun caliente de sangre, no respiro, ningún detalle de vida ay en mi, solo eso, mi cuerpo carne ya para la tierra para seguir formando parte del ciclo. El corro empieza a abrirse, han llegado los cuerpos sanitarios, intentan reanimar mi cuerpo inerte pero no hay manera, veo que a lo lejos se acerca un ATS con una de esas mantitas térmicas, el médico responsable me está mirando a los ojos, con cuidado empieza a cerrarme los parpados, imagino que será para que no vuelva a ver nada más de lo que ya tuve que ver, antes de cerrarlos se quedo observándolos, había un brillo extraño en ellos, una mirada penetrante que daba un escalofrió terrorífico. Ya no puedo verme, mi cuerpo yace bajo una mantita color naranja, la policía empieza hablar con los médicos para dar parte de la hora de la defunción y ponerse en contacto con mi familia.

No había caído en ellos, pobres, como recibirán la noticia de que estoy, bueno estaba, tirado en una calle muerto, les explicaran el porqué, que yo lo desconozco. Posiblemente sea la peor noticia que vayan a escuchar, de que su hijo está muerto, me lo imagino, haciendo su rutina diaria, seguramente estén contentos, les acababa de llamar para decirles que tenía una entrevista, se alegraron mucho y los dos me dijeron que tuviera mucha suerte, no y tanta suerte he tenido que ya nunca más necesitare trabajar. Seguro que primero llaman a mi padre, descolgara el teléfono como si se tratase de una llamada común, al decirles que llaman de la policía el tono de voz le cambiara paulatinamente hasta convertirse en un tono seco, le comunicaran la noticia, hay ya no puedo decir como reaccionara, imagino que con mucha frialdad, porque como siempre decía, no por mas llorar el dolor tenía que ser mayor, el dolor es algo que se lleva por dentro en silencio y que solo tú debes de soportar. Imagino que será él quien se encargue de llamar a mi madre, no sé como serian sus palabras, imagino que se abra acercado a su trabajo a comunicárselo, porque seguramente entre en un gran estado de nervios al saber la noticia. No quiero imaginarme ese abrazo entre lagrimas de los dos con lloros, algo que era parte de los dos se acaba de ir para no volver, el simple hecho de levantarse y dar un abrazo o preguntarle en el desayuno de que tenía pensado hacer durante el día nunca más se repetirá.

Por fin me levantan del suelo, ya era un poquito humillante estar tirado en el frio suelo, me han metido en un cajón negro, lo más seguro que me acerquen al tanatorio para prepararme para que me puedan dar el supuesto ultimo adiós. No quiero seguir a mi cuerpo inerte, prefiero quedarme viendo todo lo que me rodea por si es la última vez que lo veo. Voy a recorrer poco a poco todos los rincones que tanto me gustaban, voy a ver aquellas personas que caminan sin sentido creyendo que todo es para siempre, ya ves piensan como yo hace un rato.

Pasan las horas, entre cigarro y cigarro intento acordarme que paso para que este muerto, pero soy incapaz solo vienen a mi cabeza recuerdos, todos significantes en mi vida, recuerdo mi primera mudanza, recuerdo cuando aprendí a nadar en aquella piscina de ladrillo visto, recuerdo el día que nació mi hermano que de la ilusión caí rodando por las escaleras y fui con un bonito chichón a verle, recuerdo aquel primer amor con tanta ternura. Son tantas cosas que no paran de chorrear mis ojos al acordarme que ya nunca más volverán a pasar, aquellas tardes largas esperando a que acabara el día tirado en un banco con los colegas, estabas hablando de cómo sería nuestras vidas de mayor, sueños inalcanzables, no sabíamos lo duro que es todo al madurar. Recuerdo aquel campo perdido de la mano de dios, donde era feliz, recuerdo tantas cosas que me saturo.

Ya llego el momento de verme por última vez, ha sido un día duro de llamadas, unos entre otros con la única frase en la boca de que yo ya no estaba. Los primeros en llegar al velatorio fueron mis padres y mi hermano, ay están los tres juntos, apoyándose entre ellos, se les ve dolidos, no son ellos, las risas de días de atrás ahora son regueros de dolor. AL pasar un rato empieza a llenarse la sala, está viniendo bastante gente, más de la que me esperaba. Acaban de llegar mis amigos, se acercan con cuidado a verme, no sé porque están tristes, mejor que me recuerden como era entre risas y cervezas, que ya sabéis ir al bar y beberos una a mi salud.

Sigue pasando el día y no para de llegar gente, tanto de la ciudad como de fuera, no creía a ver llegado a la vida de tanta gente.

Al igual que yo, al día ya le ha tocado morir dando paso al nacimiento de un nuevo día, ese día es el día de mi entierro, cierran mi ataúd con unos clavos, lo meten en un coche fúnebre y se dirigen hacia el cementerio. Encima del agujero posicionan el cajón de madera, antes de bajarme la gente empieza hablar, en el corrillo hay mucha gente que conozco, mucha gente falsa que mientras vivía no signifique nada para ellos están hay llorando mi perdida y diciendo los grandes amigos que éramos, menuda falsedad, nunca me gusto la gente falsa y manda narices que vengan a despedirse de mi demostrando sentimientos inexistentes. Hay esta ella, cuánto tiempo sin vernos, te acuerdas cuando te decía que de los 35 no pasaba, pues mira tenía razón, con suavidad le doy un beso no sé si lo abra sentido pero yo se lo doy. En la otra punta esta mi mitad vida, siempre hablamos de que éramos la mitad del otro, nada más un gesto hacia falta para saber como estábamos, nada mis un simple hola nos alegraba, horas y horas tiradas a la basura sin decir nada, solo sabiendo de que el otro estaba al otro lado nos bastaba para estar felices, te acuerdas de que hablábamos que si estábamos lejos siempre quedaría un pedacito del otro en nosotros?? Pues yo ahora estoy lejos haz que ese pedacito nunca muera, será la única esencia que exista de mi entre vosotros. Parece que me está escuchando y comprendiendo porque mientras la digo las estas palabras ha cesado de llorar y ha dibujado una sonrisa en su cara. Paso por el lado de cada uno de los que ha venido a verme dándoles el último beso, mis padres presiden la ceremonia del dolor, pobres, tantas cosas que os tenía que a ver dicho, como un simple te quiero o un lo siento por tanto que os hice pasar, esa preocupación que teníais que nunca supe agradecer, tantas cosas que ahora ya no puedo, por favor perdonarme todo lo que paso nunca quise ser así, lo único que quiero que sepáis que siempre os quise, os lo quise a ver dicho muchas veces lo único que siempre dejaba las cosas para el día siguiente, pensando que me levantaría, mira tú por dónde que no ha sido así. Me arrepiento ahora mismo de no a ver aprovechado mas las oportunidades que me brindaban diariamente, mi dejadez de dejarlo todo, me hizo perderlo todo.

Al final de toda la gente veo unas caras bastantes familiares, hacía mucho tiempo que no venia, desde que ellos dejaron de estar entre nosotros, son los únicos que me pueden ver, me están llamando para que me acerque a ellos, les veo, me acurruco en ellos como cuando era pequeño y tenía miedo, les hago mil preguntas presa del pánico, les digo que no quiero irme, ellos como siempre lo hicieron me empiezan a calmar, me explican que ya no hay marcha atrás, que no hay que tener miedo, que intentaron protegerme pero que no hubo manera, un desarmado intento hacer una masacre con tan mala suerte que me toco perder a mí, realmente era un atentado, que ese no era mi día, pero el destino me jugó una mala pasada. Fui el único afectado por esa explosión, un error me dicen pero la cosa que me ha tocado perder sin tener culpa de nada. Me dicen que vaya a despedirme de mis seres queridos, que les diga a mis padres que ellos me van a cuidar bien, que no me pasara nada, que lo harán como cuando era pequeño. Entre lágrimas llego a ellos, les pongo el brazo por encima y parece que me sienten porque dejan caer sus cabezas sobre él, empiezan a bajar la caja al fondo húmedo de la tierra, un clavel rojo se posa encima, con un beso de cada uno, imagino que será lo que tenga de ellos ay abajo. Mientras veo caer la tierra pienso que la vida es muy injusta, como son capaces de robártela unos energúmenos, como pueden llegar a causar tanto dolor, romper una familia que no tenía nada que ver, solo por una supuesta lucha injustificada, que lo que llaman es a la sangre y a la violencia, yo ya no siento ni padezco pero si los que aquí se quedan viendo como sepultan mi cuerpo con su dolor, esas personas que jamás me olvidaran, que mientras siga en su recuerdo seguiré viviendo y velando por ellos. Me empiezan a llamar para irme, dicen que me van a enseñar cómo funcionan las cosas al otro lado, voy caminando de espaldas, viendo lo que sucede alrededor de que será mi última casa, una de las personas a las que quise esta plantando un arbolito pequeño, veo que se acordó de los comentarios que la decía de vez en cuando :

“Cuando me muera no me lleves flores muertas, prefiero que me lleves una planta o un árbol, algo vivo, para que pueda vivir en el. ”

Esta entrada va dedicada a todas aquellas personas que fueron asesinadas por atentados terroristas, guerras y por todo tipo de violencia injustificada, que se den cuenta que derramar sangre inocente no es la solución para cambiar las cosas, existe el dialogo no la violencia para llegar a conseguir los objetivos.

Iriaso

martes, 18 de mayo de 2010

-----Una Pregunta, Una Solución-----

Me ha asaltado una pregunta bastante gorda, que me ha hecho reflexionar y ponerme a pensar en algo que ya tenía en mente. Últimamente me ha dado por leer en vez de ver la caja tonta, el ultimo libro que me leí es el de “Nunca quise ser como tu”, libro que recomiendo. Casi al final del libro el personaje se realiza una pregunta bastante profunda y es “¿Soy feliz?”, ya ves casi nada. Somos felices?? No me refiero al estado de animo, sino en nuestro día a día estamos felices con lo que hacemos con nuestra rutina, etc… Yo personalmente me realizo la pregunta una y otra vez y descubro algo que no m sorprende, de que no soy feliz. Estoy rodeado de gente que quiero mucho, aunque algun@s estén lejos de mi, pero se que las distancias se acortan con una llamada, pero no se todos mis sueños, mis ambiciones se escapan entre mis dedos, es como cuando cogemos un puñado de tierra y se nos va escurriendo grano a grano entre los dedos, pues igual.

El problema no reside ahora mismo, que con mis 25 años tengo el poder de cambiar mi rumbo y buscar lo que creo que me realizara como persona, sino, que llevados por la inercia del tiempo combinándolo con la dejadez diaria, nos plantemos al final del camino, a nuestros 60 o 70 años (no creo que dure tanto) y nos hagamos la pregunta ¿He sido feliz?, y descubramos que no lo hemos sido, entonces la frustración tiene que ser inmensa, a ver pasado por la vida, la única que tenemos, sin haber hecho nada de nada. Nuestras ilusiones, sueños y ambiciones tiradas en un trabajo que no nos gusta, tiradas en una rutina aplastante convirtiéndonos en auténticos borregos de un gran rebaño, sin dejar una huella que nos haga ser notables por alguna cualidad, no se es difícil darle solución a la pregunta.

Desde muy pequeño siempre me han educado de hacerme notar siempre, es decir, que cuando haga una cosa no la puedo hacer como uno mas, sino, que tengo que ser el mejor en todo o sino que no lo intente. Nunca me pidieron el 100% sino el 200%, eso me ayudo a conocer mis limitaciones y hasta donde puedo llegar, y cuando una barrera se presenta no suelo pararme, intento esforzarme algo más para superarla y llegar a todas mis expectativas. Eso me hace meterme en casi todos los fregaos k veo, no se será la curiosidad o las ganas de superación. No suelo ser muy conformista con el mundo que me rodea y tengo una opinión de que estamos aquí para que se hable de nosotros no para ser uno más.

Ahora mismo en mi situación, noto que no estoy viviendo mi vida propia, sino que estoy siendo llevado por finos hilos para seguir un camino que no es el mió, un cruce en perpendicular que me hizo dar un rumbo de 90º en mi vida, del cual hoy por hoy me arrepiento con ganas. Pero bueno ya dentro del camino intento sacarle alguna cosa positiva a todo y mirar hacia delante como si hubiera sido mi camino real. Estoy sometido a un estado de presión constante sin ilusión y sin motivación alguna, no encuentro sentido a nada, solo me queda llegar a casa e intentar evadirme con cualquier cosa que distraiga mi rutina. Todos los días igual, 7 días a la semana, 52 semanas al año.

Me he planteado mandar todo un poquito a la mierda, empezar desde cero en cualquier parte del planeta, verme solo rodeado de mi mismo, sin descuidar a la gente que quiero. Todo lleva un paso despacio y calmado pero sin despistar los intereses, se que lo voy a conseguir, siempre todo lo que he querido lo he conseguido, como no voy a poder con esto?? Quiero seguir la vida donde la deje hace 3 años atrás. Me he propuesto una serie de metas para poder lograrlas, no m refiero al tópico “si tuviera esto seria feliz”, no, me refiero a realmente disfrutar paso a paso hasta llegar a la meta, sentirse realiza y útil a la sociedad y a mi mismo. Espero que quien realmente crea que puede completarse de alguna manera mas en su vida ponga sus metas y sus ambiciones, seguro que os sorprendéis de lo podéis aspirar.

Mi lista de ambiciones a corto plazo son las siguientes:


1- Cambiar de lugar de residencia con un cambio de trabajo.

2- Cambio total de imagen y de ciertos pensamientos.

3- Dejar costumbres como el tabaco.

4- Proseguir con mis estudios y finalizarlos.

5- Desprenderme de ciertas compañías y centrarme un poco más.

Por ahora los que mas a priori tengo que cambiar, aunque por el camino se presenten cambios inesperados, pero siempre mantener fija la meta para conseguirlo.

No se si al final de todo la pregunta sobre mi felicidad será positiva, pero desde luego que sino lo consigo que no sea por no haberlo intentado, porque hay si me sentiré frustrado totalmente. En cada paso que damos en el día a día nunca hay que acobardarse, sino que tenemos que intentarlo, sino, nunca sabremos si l0o hubiéramos conseguido, nunca perdemos nada por intentarlo, lo perdemos cuando lo dejamos pasar y me refiero a todos los puntos de la vida.

Un saludo, Iriaso…