martes, 17 de mayo de 2011

-----Un abrazo-----



Hace algún tiempo estuve comentando lo que era la búsqueda de la felicidad y si la encontraría con algún tipo de pautas que me estaba marcando. Estaba equivocado con su hallazgo pero no con las maneras dado que a día de hoy creo haberla encontrado.
Hace ya 5 meses que cambie de residencia, me dispuse a salir de la tierra donde me acogieron para criarme en busca de nuevas experiencias y así demostrarme a mí mismo alguna que otra cosa, con una maleta y poco más de 1000 euros me dispuse a pegar el salto y cambiar de país. Decidí irme al Reino unido, tenía algún que otro problema aparte del económico en aquel país, dando por hecho mi escaso nivel de inglés lo tenía algo crudo, recuerdo el día antes de irme todos los miedos me golpeaban la cabeza una y otra vez, no paraba de mirar en aquella fría noche a la nada fumando sin parar, intentaba que en aquel humo fuera capaz de encontrar alguna respuesta a todos mis fantasmas, ay que decir que me suavizaron mucho intentando calmarme antes de irme. Recuerdo una conversación que a todo lo negativo que intentaba sacar a mi pequeña aventura me los cambiaban por lo contrario a mis pensamientos, diciéndome tranquilizándome y animándome, pero yo era incapaz de ver algo positivo a todo eso y era presa de mis propios nervios mezclados con el miedo del salir. Al final dio la hora de irme, con una lagrima en los ojos por la nostalgia de dejar a tanta gente aquí me subí aquel avión de “Low Cost” para dirigirme a un país que lo único que sabía de él era que todo iba al revés del mundo.
Los primeros días, por no decir el primer mes, fue bonito y bastante duro, todo era nuevo a mis ojos aquello me motiva pero a la hora de intentar expresarme, de comunicarme con el medio donde estaba inmerso me hundía poquito a poco en un charco que para mi cabeza era muy grande, ya una vez encontrado una manera para poder comer, pareció que el primer objetivo estaba siendo realizado, aunque bueno, no era el trabajo soñado ni al que estaba acostumbrado en España, pero si era una manera de ganarme la vida y poder ir cogiendo poco a poco algo de soltura con el idioma. Allí la gente empezó a ayudarme para que fuera cogiendo más vocabulario y así hacer mi vida algo más fácil allí.
Ya salvado el tema económico la tranquilidad me mecía en cierta parte por mi cuerpo, pero había otros aspectos en los cuales nunca pensé, ya que nunca me tenía que haber enfrentado a ellos, era la soledad. Rodeado de casi 14 millones de habitantes, me sentía solo, la rutina, la cual nunca me ha gustado, me comía día a día, despertarme para ir al trabaj0o acabar y volver a casa, no era más día a día segundo a segundo era cada día igual al anterior, las horas sentado en aquella habitación mugrosa, con ratones y un colchón que si era yo su 4 habitante era un gran milagro, me hacían sentirme más pequeño y desgraciado. En cierto modo me sentía a gusto porque parte de los objetivos los tenía cumplidos, que era llegar a un país desconocido y conseguir trabajo, y como no, intentar aprender el idioma que tanto me había costado en la infancia. Allí era cuando mi mente recordaba las palabras tanto de mis padres como del resto de familiares, que una y otra vez me decían “Aprende el inglés que te abrirá todas las puertas del mundo” y yo a sus sabias palabras solo pensaba en irme a la hora de inglés a tomar una cerveza o a casa a dormirme la siesta antes de tiempo. Aunque eso ya estaba siendo solucionado, mi idioma mejorando día a día a base de pegar patadas a la gramática del idioma y a su respectivo diccionario, me seguía faltando algo. Poco a poco empecé a ganar confianza y abrirme al resto de personas, empecé hacerme algún amiguillo que otro que algunas tardas y noches distraían mi mente cerrada en su propia desdicha, pero seguía faltándome algo.
Después de 5 meses he vuelto a mi casa por una semana, no hay que mencionar que hoy estoy de vuelta y escribo estas líneas en el interminable viaje en bus hacia el aeropuerto. Una vez en casa mi estado cambio totalmente, se dibujó una sonrisa en mi cara y una tranquilidad me recorría cada rincón de mi cuerpo por muy oscuro y profundo que estuviera. Ese reencuentro con tanta gente, esa cara de felicidad que se les puso al volverme a ver, no tiene precio, la sorpresa de tenerme y de querer tenerme a su vera me sirvió para darme cuenta que ya sabía lo que me faltaba en aquellas tardes de soledad en el mugroso colchón, me faltaba mi gente, la cual entre tanta gente no encontré ni encontrare en ningún lado del mundo. Ha ido pasando la semana a cambios constantes de ritmo, mucha gente por ver pasar con ellos un rato y gozar una vez más de sus presencia hacia que el tiempo volase a su lado y fuera más lento en el momento de espera por verles. Mucha gente pocos días, es lo malo, pero de todos ellos he aprovechado cada segundo por igual todos para mi importantes por eso me vieron esos días, no voy a mentir, aunque todos me encanto verles y estar con ellos, pero, siempre hay alguien más especial que otros, los cuales deseabas tener más tiempo y ese tiempo siempre es poco a mucho que pases con ellos, sabéis a lo que me refiero porque todos tenemos creo los mismos valores en este aspecto, son la familia y a los que consideramos familia, esos que pase lo que pase siempre están ahí para darte un interminable abrazo y soportan tu cabeza perdida.
En esos abrazos reencontrados fue lo que me hizo darme cuenta de lo que me faltaba y lo que me hizo plantearme aquella pregunta hace tiempo atrás ya. He tenido que sentirme solo, cosa que nunca me había pasado en el país, para darme cuenta de que era feliz y nunca llegue a darme cuenta, no soy feliz con las cosas materiales como creía, eso solo fomenta la estupidez de la persona y hacen sentirte vacío, aunque en tu cara se dibuje una falsa felicidad por dentro el abismo del vacío se apodera de ti, la manera de ser feliz no lo consigue una persona por si cuenta sino que los que nos rodean hacen que hallemos aquello que siempre quisimos. Un abrazo sí, es todo lo necesario en esta vida para tener todo lo que necesitamos. Muchas veces no nos damos cuenta cegados por la ignorancia, despreciamos algunos gestos que en principio carecen de valor alguno pero realmente son los que necesitamos para que latido a latido podamos seguir.
Algunos de esos abrazos me hacen bastante duro el retorno aquel país entre agua, ya que como dije me gustaría que nunca acabaran, pero me espera otro fragmento de tiempo allí para terminar de cumplir todo lo propuesto y una vez y cumplido todo lo que me plantee en su día regresare, con la cabeza alta, feliz y en paz conmigo mismo, que era algo que buscaba desde hace tanto tiempo que me cegaba con la ignorancia y no me dejaba de disfrutar, ya una vez que todo haya acabado me dará lo mismo que haya un día más, como dice una canción:
"Que si yo soy el que cae primero, bajo la guadaña no me pongáis suero,
Me conformo con haber vivido, con haberos conocido, recordar bien lo que os digo”

Iriaso

3 comentarios:

  1. Muy bonito y muy sentido. Te voy a volver a echar de menos pero me alegro muchísimo de haber tenido la oportunidad de darte un abrazo... aunque fuera sin alcohol.

    Otro abrazo en la distancia.

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  2. Qué historia y que experiencias. El reencuentro ha dedido ser como una gran dosis de energía para encarar tu segunda parte del viaje o de tus propositos y objetivos.

    Me alegro que te vaya bien y hayas superado tus miedos.

    Que todo siga igual de bien o mejor.

    Abrazos

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  3. Si desde luego que si vengo con mas fuerzas aunque aqui al volver fue algo bastante duro pero buno ya vuelvo a estar asentadito y demas y eso se agradece, pixel ati no te vi a ver si a la proxima nos podemos ver, drea el tema del alcohol es secundario aunque yo en esa semana me pase bastante aqui ahora ando sin catar ni gota

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