miércoles, 21 de abril de 2010

-----Una Caricia, un Te Quiero y un Adios-----


Bueno ya por fin tengo el final del cuento, no creo que este muy bien escrito, ya que me ha costado mucho escribirlos. Es el séptimo intento y no me gusta del todo pero bueno sino nunca lo hubiera acabado. Espero que os guste e intentar sacar la esencia no el fallo del escrito.

Un abrazo, Iriaso…

"Se abrió un claro, entre aquellas negras nubes, que a base de ir llegando llamadas unas entre otras para formar un encuentro entre ellas, fueron cubriendo la bóveda celeste. Aquel día fue diferente, una de ellas tuvo que dejar al resto, se encontraba mal. Coincidencias del destino que nuestro amigo se hallara debajo, donde se dejaba caer aquel haz de luz. Se sintió despejado, todas sus penas, Dolores y dudas se vieron despejadas. Se levanto despacio de aquel sillón orejero, cuando estaba erguido, se desperezo, se coloco cuidadosamente la camiseta k tenía puesta y con paso firme avanzaba hasta la cocina. La impresión al entrar era desoladora, el frío comía por sí mismo, los enseres estaban apilados sin ningún orden coherente, todo estaba limpio cubierto de polvo, ya que desde el adiós no había creado ganas de comer ni de ensuciar el menaje. Abrió la nevera, no tuvo que buscar mucho para encontrar lo que buscaba, solo había en el interior un tomate comido por los hongos y una cantidad abundante de latas de cerveza. Cogió dos latas. La primera la abrió y mientras cerraba la nevera suspiraba por el trago tomado. Dejo atrás el sillón, con paso fijo y obcecado en su destino, como los asnos que solo pueden ir hacia delante porque no ven otra cosa. Abrió una puerta del final del pasillo, dejo las latas en una mesa cercana a la puerta. Corrió las cortinas, levanto la persiana y abrió de par en par la ventana. Todavía estaba el haz, con energía cogió la mesa, la coloco bruscamente debajo de la ventana. Abrió el segundo cajón, saco dos folios en blanco y una pluma con su tintero. Empezó a examinar la habitación llevaba tiempo sin entrar en ella, bueno llevaba mucho tiempo sin hacer nada que no fuera lamentarse. Se le cayó al suelo un suspiro tapado por Dorado líquido, se dispuso a escribir mientras le duraba la inspiración. No sabía muy bien que palabras usar, no sabía cómo expresar sus sentimientos sin herir, ese no era su objetivo, solo sabia hacia quien iba dirigida, esa era ella.
Comenzó poquito a poco a aclararse y por lo tanto a escribir...

“Recuerdo aquella tarde, calor sofocante, sol cegador, al final de aquel túnel se abría paso la luz agonizante de la tarde, desubicado sin saber donde andaba, solvente paso a paso cada peldaño. Con despreocupación me puse las gafas para poder ver sin perder detalle, apoyada, esperando te encontrabas tu, me estabas esperando. Recuerdo tantas cosas, como tu pelo suelto liso y Dorado, recuerdo tus ojos con esa mirada de ver lo desconocido, en aquel momento por mi mente se pasaron tantas emociones, puff si las pudieras saber todas. Dos besos rompieron la fina capa de hielo que nos cubría. Poco a poco en presencia de la muerte del día y de su noche se creó la chispa, sin querer esa insignificante llamita fue prendiendo y creando una hoguera. Paso el tiempo tuvimos nuestras subidas y bajadas, aunque predominaban las bajadas, nunca he querido juzgarte ni cambiarte, intentaba comprenderte y apoyarte, aunque muchas de tus manías me quemaran por dentro me las callaba, todos los momentos que pasamos juntos están guardados con cariño bajo llave, la cual guardas sin saber lo que tienes.
No quiero reprocharte nada, todos los gestos y detalles son fruto de lo que significabas para mí. Seguramente no fueran nada fuera de lo común pero si tenían todo mi amor. Sé que seguramente estés igual que yo, sin saber que decir, sin saber qué hacer. Ya ha pasado tiempo y sigo llorando tu ausencia, allí a lo lejos, debajo de la ventana del salón, se halla el teléfono empolvado, esperando que lo agás sonar y nos volvamos a escuchar. Concluyo diciéndote que te quise, te quiero y querré, un último beso, agur..."

Al poner la última palabra, se desencadeno una carrera de lágrimas que impactaban sobre el papel, dejo su pluma y después de un sollozo se echo las manos a su cara, no podía parar, los recuerdos le golpeaban la cabeza y eso le hacía sentirse peor. Se echaba la culpa de todo lo sucedido, si hubiera sido capaz de entenderla... Se levanto bruscamente, con paso firme y a ciegas se dirigió al baño, abrió el grifo de la ducha, se introdujo en ella hasta que fue capaz de calmarse. Tembloroso se seco, cogió rumbo a la habitación, cogió los folios los puso sobre la estantería con cuidado, no acaba de asentarse los folios, cuando poseso de un arrebato tiro todo lo que había encima de la mesa al suelo. Recupero los folios, se sentó delicadamente, en su cara rebosaba la paz. En el suelo entre latas de cerveza se derramaba lentamente el tintero, el inmune a su alrededor doblaba con delicadeza el escrito. Abrió un sobre, beso el texto y con delicadeza lo metió dentro de él. Ya cerrado se dispuso a poner la dirección de ella, como remitente puso una frase:

" Mi corazón es tuyo."

La noche se encontraba en su Ecuador, en la habitación el tiempo se había detenido, la Luna risueña había ganado la batalla a las nubes y lucia resplandeciente en su bóveda. Él hay seguía, sentado mirando el sobre con la mirada fija en su nombre, lo cogió con las dos manos, como cuando sostenemos una paloma, con mucha suavidad se levanto hacia la ventana. Se asomo a la calle, se encendió un cigarro y se quedo firme mirando a la Luna con la carta en su mano izquierda, en la derecha el cigarro, miro fijamente a la nada y susurro un adiós. Cerrando con fuerza su Puño izquierdo, convirtiendo la carta en una bola de papel, saco el mechero y la prendió fuego en el poyete. Contemplaba como iba ardiendo, el humo producido en vez de irse se estaba concentrando, parecía que está esperando que se quemara hasta la última letra que había escrita. El seguía impasible, nada más que fumaba sin parar, ya no tenía corazón, se había quemado con la carta ya que le pertenecía ahora a ella.
La llama se acabo, el humo seguía parado encima de las cenizas, de repente un suave soplo de viento arrastro el humo, llevándoselo suave mente hasta el horizonte.
Hay se encontraba ella, sentada en su sillón, tenía fantasmas en su cabeza que no la dejaban conciliar el sueño, miraba a la televisión sin atender a lo que decían. De repente sintió algo en su pecho, una fuerza que la arrastraba hacia la ventana, se incorporo del sofá, apago la televisión y después la luz. Cada vez se hacía más intensa la sensación en su pecho, se acerco a la ventana, con cuidado abrió las hojas de la ventana y mirando fijante a la Luna, sin saber porque lo hacía, sintió el olor y el calor de quien la había querido.
Estaba asustada, no sabía que pasaba, sabia de sobra que él se encontraba lejos de ella, pero lo olía, sentía como la abrazaba. Empezó a escuchar susurros, veía en su cabeza la carta escrita, el se la estaba leyendo despacito y con cuidado. Llego el final de la carta, ella no podía evitar las lagrimas, en su mano izquierda sentía el latir del corazón que le habían regalado, en su mirada se veía como se alejaba de ella el que la estaba abrazando, entre lagrimas le tiro un beso, susurrándole:

" No me di cuenta y ahora te he perdido."

FIN...


Os pongo las otras dos partes...

el instante del olvido

caricia de hielo


4 comentarios:

  1. Una preciosidad. Es una historia preciosa, que te atrapa, y te llega como a ella le llega todo lo que él siente.

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  2. Es muy bonita y más si a ella le llega todavía el latir del corazón de él.

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    Obrigado pela visita. Conte com
    a minha amizade e o meu carinho.

    silvioafonso.




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    Cada dia você melhora...

    silvioafonso.






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